sexta-feira, 10 de dezembro de 2010

Anatolio Navarro Espinoza

Juegas todos los días con la luz del universo.
Sutil vísítadora, llegas en flor y en el agua.
Eres más que esta blanca cabecita que aprieto
como un racimo entre mis manos cada día.
 .
A nadie te pareces desde que yo te amo.
Déjame tenderte entre guinaldas amarillas.
Quíén escribe tu nombre con letras de humo entre
entre las estrellas del sur?
Ah déjame recordarte cómo eras entonces, cuando
                 aún no existias.
 .
Depronto el viento aúlla y golpea mi ventana cerrada.
El cielo es una red cuajada de peces sombrios.
Aqui vienen a dar todos los vientos, todos.
Se desviste la lluvia.
 .
Pasan huyendo los pájaros.
El viento, el viento.
Yo solo puedo luchar contra la ferza de los hombres.
El temporal arremolina hojas oscuras
y suelta todas las barcas que anoche amarraron al
              cielo.
 .
Tú estás aquí. Ah tú no huyes.
Tú me responderás hasta el último grito.
Ovillate a mi lado como si tuvieras miedo.
Sin embargo alguna vez corrió como sombra estraña
            por tus ojos.
 .
NAVARRO ESPINOZA EL POETA DEL ATARDECER?
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