sábado, 4 de dezembro de 2010

Para los hermanos del mundo que me sorprenden y emocionan con sus palabras y sus ojos cuando me pongo a viajar o los continentes y los descubro y encuentro.
 .
Siempre están allí y también acá, a mi lado, por las cosas que nos unen y porque son los poetas que empujan esperanzas por un mundo mejor, tarea en la que estamos y nos reconocemos iguales. El mismo sendero. Digo, que, nace  de lo maravilloso e invisible que adviene en instantes, fluye de las alturas o asciende de las profundidades y se introduce en los silencios para brotar en palabras.
 .
Ellos son los necesarios barriletes de la vida y este mundo los recibe como a las bandadas de pájaros que nunca dejan de pasar, aquellos que anunciaba el decir de Hesíodo.
 .
Suelen asomar por debajo de las lágrimas y transformarnos. Entonan las canciones más bellas, canciones de sembradores y de cielos.
CANTO A LOS POETAS DEL MUNDO


.



Alguna vez...

me dijo la poesía,

que su lugar estaba

en fiordos infinitos

que guardan

el corazón íntimo del mundo

entonces,

se iniciaba el encuentro

para escuchar tu voz

como en los sueños.

Irradiabas

tu valor

y tu rostro

siempre heroico,

el mantener intacto

un coraje divino

para crear

los sueños necesarios

en este cada día,

que nos muestra

la vida tan angosta,

que nos nubla,

la construcción de claridades.

Esa vida mezquina

que empequeñece las palabras

y las pierde,

en ese decirse y repetirse

en que cabalga el hombre

un poco desterrado

y feneciente,

otro tanto abismal

y también náufrago.

Es, hermano,

cuando nos descubrimos,



sin quererlo,

sin percibir siquiera

que nacimos

abrazados,

a la siembra y el trigo,

al caminante eterno,

a todos los rapsodas

que se cuentan

en su historia infinita de poetas

Así,

como condensa el río

los dibujos del agua,

y los suelta

en voces serpentinas,

llega el abrazo

detrás de las montañas

de mares y de cielos,

el abrazo,

a pesar de las grandes ciudades

que nos han devorado

cada día,

mientras se amontonan

las horas que habitamos

las que quedan vacías...

A veces,

suelo tocar tus filigranas

tus delicadas túnicas,

tus deseos y amores,

tus angustias...

son otros hemisferios

y me interno

buscando tus cadencias,

y teclados,

tus trombones muy graves,

que suenan

como historias de siglos.

Te presiento, hermano,

aún en la distancia.

te adivino,

te descubro, y te quiero,

porque eres,

mi gran eco invisible

mis canciones de estrellas,

mis largos nacimientos.



Eres,

lugar de palabras

y amores,

lugar de fantasías,

de magia transhumante.



Eres,

espacio de pureza

donde viven

candores de niños

y jóvenes,

donde el secreto intenso

es la inocencia,

preñada de ideales,

por un mundo mejor

En cada instante, amigo,

que te nombra

y me nombra,

me sorprendes,

y el mundo

se torna

mucho más grande

más habitable,

más creíble,

como un cálido amante,

Viajas en todo territorio

detrás de los espejos.



Eres,

un amor

de sorpresas y embrujos

amor de adolescencia,

primaveras que lo esperan todo,

todo, para siempre.



Es verdad

que me alcanzan

tus lágrimas

tus muertes,

y es muy cierto,

que nos visitan los días

y sus noches,

la ausencia de la luz,

los esplendores...

Muy juntos,

estamos en los llantos,

y también en los brindis

con las mitologías

queridos visitantes,

paraísos de musas

dioses, magos, alquimias,

Cada día,

te busco

y en cada continente

te encuentro,

quiero saber de ti,

porque eres

el compañero de mi viaje,

ese otro habitante

de mi lámpara tibia.

Eres el otro,

el que me dice

que jamás

se abandona la poesía,

que nunca

se callan los poetas

por ese sentir de profecía

en tiempos tan desnudos

envejecidos y violados

tiempos de herencias negras

de guerras y de muertes,

tiempos...

de estremecimientos compartidos.

Ayer.

Hoy.

Ahora.

Mañana.

comprendí,

que tú estabas

muy cerca,

detrás de mis pupilas,

que tienes tus ventanas

frente a las mías

con muchos macetones de flores

como los pueblos tristes.

Hermano,

eres necesario

para gestar la vida,

para vencer la muerte.

Teñido estás,

por otras geografías,

por otros vientos

y desiertos

son otras tus praderas...

Sin embargo,

dibujas semejanzas

y estableces un tiempo

y un latido.

Aquí.

Allá,

más lejano

o más próximo

hermano, amigo,

seguimos juntando

los secretos

del caminante fiel

a sus caminos

caminos pedregosos,

andares del desierto,

bullicios de los valles

donde el alma

a menudo se fuga

con su amante de turno

y se descubre lejos

peregrina, insondable

o cautiva.

Me dijo la poesía...

sí hermano,

me lo contó el poeta malherido

amigo de las luchas,

de molinos de viento.

Lo repitió

el héroe, el desterrado,

vencido y moribundo,

acá tengo sus nombres

no lo olvido.



Guardo,

tus inefables continentes,

tus preludios de vuelos

tu rostro de cantor.

Sé,

de gigantes océanos

Sé,

de tanta tierra muerta,

de ciudades,

despertando al olvido

dimensionando las ausencias.

Por momentos,

estás muy lejos

y yo,

te hago visible,

y me acerco,

una tarde

clara de primavera

para amarte en silencio

con amor de poeta.

Y así,

seguimos juntos,

contando

cosas de la poesía

alas, metamorfosis

paradigmas y ensueños.

Eres,

aquella identidad

de pájaro y estrella

y en las alturas vives

donde se mece el viento,

más alto

y más gigante,

en tu coraje,

de crear

y crearnos la vida.

Por eso digo,

poetas del mundo

poetas de los mundos

creadores de poesía,

barriletes que anuncian

la esperanza del hombre

el valor

de asumirse poetas

en tiempos,

de guerreros y soles,

de manantial y fuentes,

de sequías y muerte.

Alguna vez,

me dijo la poesía...

que su morada estaba...





Leonor Escardó



Poeta del Mundo

Secretaria Nacional de

Argentina (Poetas del Mundo)

Red de Escritores Hispanoamericanos

REMES – España

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