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YANNI MARA TUGORES TAJADA
yannimara57@hotmail.com
Montevidéu - Uruguai
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Yanni Mara Tugores Tajada nació en Montevideo el 08/05/1957, reside en La Paz Departamento de Canelones. Se desempeño como secretaria del “Proy.Cult.Decires” durante 3 años. Integra A.D.E.P (Asociación de Escritores Paceños ambos en dicha ciudad. Miembro de CHADAYL (Centro Hispanoamericano de Artes y Letras) aBrace Cultura y Espacio Mixtura en Montevideo. Sus primeras tres obras publicadas fueron en en el libro colectivo “DECIRES II” y participó en varias Antologías, en Uruguay, Argentina, Brasil, Chile, Venezuela, Honduras y Australia. En el año 2010 obtuvo 2do. premio en Cuento Infantil en A.E.D.I (Asociación de Escritores del Interior) Uruguay. En 2011 reconocimiento a la calidad poética en Cañada de Gómez Santa Fé Argentina, 3º Premio Narrativa Histórica Nacional Uruguay, Mención Especial en Narrativa en CHADAYL Uruguay. Mención de Honor en Narrativa en Argentina. En 2012 1º Premio en Poesía y 3 Menciónes de Honor en Narrativa, 7ma Mención Especial en Narrativa todos en Argentina. 1 Mención Especial en el Club Leones de Pinar Uruguay, premio Amandú en Narrativa en el Club Leones de Rocha, Mención especial en Poesía en Libertad San José, 3er. Premio en Poesía en Espacio Mixtura, Mención especial en Narrativa Histórica, todos estos en Uruguay. En 2013 obtuvo cuatro Menciones de Honor en poesía en Argentina y una en Narrativa en Uruguay. Fue invitada para participar en un encuentro Internacional de Poesía en Abril de 2013 por la escritora Gladys López Pianesi (embajadora de la paz en su provincia) en Rosario Argentina con el auspicio de la Secretaría de Cultura de Presidencia de la Nación Argentina, POETAP España, Uniletras Colombia, Paziflac Internacional y Unión Hispanomundial de Escritores. Su poema “Pastorcillo de Orihuela”, formará parte del libro de Oro Mil Poemas para Miguel Hernández, “Al apóstol de la Independencia” en mil poemas a José Martí, “Al poeta niño” en mil poemas para Óscar Alfaro todos en Chile. “Acróstico para Andrés” en mil poemas para Andrés Eloy Blanco en Venezuela, “Príncipe de poetas” para Juan Ramón Molina en Honduras, “Romántico de Caxias” para Gonçalves Dias en Brasil y “Un mundo enmudecido” formará parte de Poemas para la Paz Mundial en Australia.
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Sin recuerdos
Un desamor me removió la viga central del alma.
Te amé en silencio, paciente y en calma.
Un lamento gutural y mi piel tibia te esperaban
con una intangible lluvia de pétalos y lágrimas.
Soñé que dormías en el laberinto de mis brazos
detrás de los muros de mi carne y mis deseos.
Mi habitación se vistió de lúgubres silencios
y desperté vacio, sin tu amor y sin recuerdos.
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Espejos
¡Qué cobarde al enfrentarme al espejo!
Al mirarme ante el cristal impenetrable,
donde empieza y finaliza lo inevitable,
al ver pasar el tiempo; inexorable.
Después de errar bajo la varia luna
y caminar por los caminos de la vida,
el reflejo de mi rostro entre la bruma,
muestra que ya, está mas cerca mi partida.
¡Infinitos espejos! ¡Están en todas partes!
Acechando el cristal a los más viejos,
como objetos insomnes y fatales.
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Estás en mí
En mi piel estás…
Todo cuanto toco te recuerda,
en la lluvia que cae, en la arena
y al tocar el retrato de la mesa.
En mis ojos estás…
Todo cuanto veo ven tus ojos,
los cuadros, las flores, los colores,
mil amaneceres y mil noches.
En mis oídos estás…
Todo cuanto oigo tu vos susurra,
las campanas, la música, las risas,
el trinar de los pájaros y la brisa.
En mi olfato estás…
Todo cuanto huelo huele a ti,
los aromas de comidas y de azahares,
el olor de tu perfume está en el aire.
En mis labios estás…
Todo cuanto mi boca toca es tu boca,
lo dulce, amargo, agrio o fresco,
todo sabe a miel , sabe a tus besos.
En mi vida estás…
Besarte, oírte, tocarte, escucharte, mirarte,
con los cinco sentidos de mi mente,
esa es…Mi forma eterna de adorarte.
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El reloj
Cómo todos los domingos, Roberto, caminaba por la feria curioseando entre las antigüedades. Era apasionante para él comprarlas, reciclarlas y luego lucirlas en la sala de su casa dispuesta para tal fin.
No tenía predilección por algún objeto en especial, simplemente observaba y adquiría lo que más le atraía.
En su ya rutina dominical, un tumulto de gente que corría desenfrenada y el estrepitoso sonar de los patrulleros lo inquietaron. Se encontraba de pie frente a su puesto preferido con un reloj de péndulo en sus manos. Sus agujas marcaban las diez.
La multitud lo arrastró por varias cuadras. Todo era confuso y él, aturdido, se dejó llevar por la marea humana abrazando fuertemente el reloj.
Al fin logró liberarse al doblar una esquina. Cuando todo había pasado y las calles recuperaron el silencio se percató, que aún sin proponérselo, había hurtado el reloj.
Se dirigió hacia el lugar -lo conocía como la palma de su mano. Al llegar todo estaba vacio, no existía ningún puesto con las características de aquél que él buscaba. Sólo se veían los colores de los espacios ocupados por frutas y verduras.
Interrogó a varios de los vendedores y todos lo tildaron de loco.
-¿Aquí, en esta feria? Nunca hubo el tipo de puesto que usted busca -le dijeron.
-Pero… ¿Y éste reloj? Fue de uno de ellos que lo tomé. Después, oí las sirenas y la gente me arrastró.
Todos lo miraban como si estuviese fuera de sus cabales.
Decidió marcharse a su casa aferrado al reloj. Al llegar, lo depositó en la mesa del comedor y lo observó por largo rato. ¿Sería quizás una trampa de su mente? ¡No, imposible! Era tangible y estaba justo frente a él.
Lo recicló lo puso en hora y lo colgó en una de las paredes de la sala junto a sus otras reliquias. El péndulo, comenzaba a oscilar.
Esa noche no pudo conciliar el sueño. Cada vez que el reloj marcaba la hora él, recordaba el raro episodio de ese domingo.
A la semana siguiente caminó como era habitual hacia los puestos de antigüedades. Se detuvo en el mismo lugar. Nada había cambiado. Las mismas cosas, el mismo vendedor y allí en un rincón, el reloj destartalado marcando las diez. ¡No, no era posible! ¡Estaba en su casa colgado de la pared!
Nuevamente el bullicio, las sirenas, pero esta vez, ¡no lo arrastrarían! Compró el reloj y comenzó una veloz carrera hasta su casa. Llegó sin aliento, lo dejó en el comedor y de un puntapié abrió la puerta de la sala. Quedó perplejo; en la pared, no había nada. Sólo un espacio demarcado por suciedad con el contorno perfecto de aquel objeto.
-¡No puede ser, no puede ser! -gritó.
No quiso repararlo. Ya habría tiempo para eso. Tenía que pensar en todo lo sucedido.
A media noche un sonido fuerte y grave lo despertó. Bajó las escaleras lentamente y se dirigió a la sala. Al abrir la puerta palideció. El reloj colgaba de la pared en perfecto estado. Su péndulo se movía de lado a lado y sus agujas, misteriosamente resplandecían, marcando las diez.
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Loco
Me dicen que estoy loco, pero no me doy cuenta
es que me satisface la muerte cuando es cruenta.
Si hay gente mutilada, más que mejor mi gozo
me gustan los desastres, todo lo que es destrozo.
Me encanta abrir las tumbas y ver que los gusanos,
se brindan sus festines igual que los humanos.
¿Por que tenerles asco a otras formas de vida
que se aprovechan de otras, de las que están perdidas?
¡Que placer si mi muerte fuera lenta, horrorosa
y con éstas mis manos, cavar mi propia fosa!.
Que garfios acerados desgarren mis entrañas,
y que yo pueda verlas envuelto en telarañas.
Así de esa manera contento con mi suerte
me río del dolor, ! Ja, ja, ja y mi propia muerte!
es que me satisface la muerte cuando es cruenta.
Si hay gente mutilada, más que mejor mi gozo
me gustan los desastres, todo lo que es destrozo.
Me encanta abrir las tumbas y ver que los gusanos,
se brindan sus festines igual que los humanos.
¿Por que tenerles asco a otras formas de vida
que se aprovechan de otras, de las que están perdidas?
¡Que placer si mi muerte fuera lenta, horrorosa
y con éstas mis manos, cavar mi propia fosa!.
Que garfios acerados desgarren mis entrañas,
y que yo pueda verlas envuelto en telarañas.
Así de esa manera contento con mi suerte
me río del dolor, ! Ja, ja, ja y mi propia muerte!
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